El revestimiento de interiores es una de las acciones más importantes que se deben hacer cuando se está construyendo y decorando una vivienda. Tanto si son paredes, suelos o techos, los revestimientos son siempre aconsejables porque alargan la vida de cualquier inmueble.
Es frecuente que se plantee la pregunta de cuáles son los tipos de revestimiento de interiores que existen para decorar una vivienda y cómo elegir la mejor opción. Las variedades son numerosas dependiendo de las preferencias y presupuesto económico destinado para la decoración de una casa que tenga cada persona.
¿Alguna vez has pensado en trabajar o vivir en un ambiente que estuviera decorado de una manera menos convencional? No sería mala idea utilizar un revestimiento metálico para decorar alguna pared o elemento de una habitación, y más ahora, con la gran variedad de materiales que existen en el mercado.
Una de las tendencias a la hora de revestir que se ha ido observando en los últimos años es el empleo de metales debido a su gran resistencia y función decorativa. Tradicionalmente eran los techos los que se solían revestir con materiales metálicos para lograr una mayor durabilidad. Pero con el paso de los años se ha comprobado que cubrir las paredes con metales como el zinc o el cobre ofrece muchos beneficios en las residencias. Las opciones de juntas y métodos de fijación de los materiales metálicos en las paredes interiores son mayores que para las cubiertas exteriores.
Las juntas pueden ser planas o tener algún tipo de relieve leve, que no entrañe ningún tipo de peligro para los habitantes de una casa. Algunos de los metales que se emplean son: cobre, latón, zinc y bronce. La mayor parte de las veces el acabo es patinado y suele realizarse a mano. La técnica principalmente empleada es el añadir una capa de barniz resistente sobre el material metálico.
Además, este tipo de revestimiento de interiores no suele acumular polvo en grandes cantidades como otro tipo de superficies. Para su limpieza se pueden emplear productos no abrasivos y sin componentes químicos que puedan alterar las propiedades de los metales. Cuando se emplee cualquier tipo de producto líquido para eliminar manchas siempre debe de pasarse un trapo seco después para que no quede ningún tipo de humedad que pueda provocar oxidación.