¿Será el 2019 ese año en el que finalmente nos decidimos a trasformar nuestra fachada y valorizar de esta forma nuestra casa o departamento? Existen diferentes tipos de opciones que pueden funcionar no sólo para darle una nueva cara a la fachada, sino también para solucionar algunos problemas de aislamiento, utilizando materiales que nos ayuden a conservar las temperaturas en los recintos interiores.
Recordemos por otro lado, que mantener nuestra propiedad en óptimo estado no sólo nos hará la vida más agradable, sino que también es una inversión a futuro pensando en la reventa. Así como el mantenimiento debe abarcar todos los aspectos del inmueble, también es cierto que la fachada es la carta de presentación de una propiedad y la única chance de causar una buena primera impresión, de ahí la importancia de mantenerla bien cuidada.
Cualquier cambio que se haga en la fachada repercute en la imagen general del frente, pero también dentro de la vivienda: muchos aprovechan para incorporar aislamiento o conseguir más luz natural. Soluciones como abrir un nuevo vano, ampliar los existentes, o recuperar la textura original de piedra, requieren de un estudio que determine lo mejor para el conjunto. Sigue estas diez recomendaciones de nuestra experta para que todo esté bajo control.
La fachada de una vivienda no es únicamente un frente a decorar. También se debe plantear desde el interior, para que sea útil en la captación de luz natural, radiación solar y colabore, a través de sus aberturas, en la renovación del aire. Por otro lado, es la superficie que se enfrenta al frío, la lluvia, el calor y al ruido, por lo que debe ser efectiva como piel de protección y aislamiento termo-acústico. Todo ello compatible con una solución adecuada
Lo primero es tomar contacto visual con la fachada, en busca del primer diagnóstico. ¿Qué precisa de más urgencia? ¿Qué desentona más? ¿Cuál es su relación con las casas del entorno? ¿Es una fachada entre medianeras o se trata de una vivienda aislada? En esta fase también comprobamos su orientación, que junto a esas variables climáticas de la zona que decíamos antes, serán útiles para determinar el revestimiento más adecuado, el color o el tipo de aislamiento. Luego vendrá un replanteo de las fachada –medidas, elementos compositivos, tipología, rasgos característicos que tienen que conservarse, etc. Conviene tomar muchas fotos para poder estudiar detenidamente cada al clima del lugar y al entorno, urbanístico y paisajístico.
Para el aislamiento lo mejor es incorporarlo por el exterior, para aprovechar y corregir así puentes térmicos y ocultar fisuras. Una forma de hacerlo es mediante un mortero termo-aislante. Se aplica sobre la fachada con un espesor calculado de acuerdo al clima donde está ubicada la casa, se cubre con una malla de fibra de vidrio y, finalmente, se acaba con un revestimiento mineral.
Madera, piedra y placa porcelánica son los tres materiales más empleados en revestimientos de fachadas.Te dan la posibilidad de instalarlos en seco. Otra ventaja es que puedes dejar el revestimiento existente, incorporar aislamiento, reducir riesgos de condensación, así como evitar la exposición directa de la fachada al sol, la lluvia y el frío. Se suelen instalar sobre una estructura de madera o metal.