En la actualidad, cada vez son más las edificaciones que optan por renovar sus estructuras con una fachada flotante. Más allá de ser una tendencia arquitectónica de este siglo, se trata de una respuesta a uno de los retos más grandes de la modernidad que es la conservación del medio ambiente.

Las fachadas flotantes, también conocidas como fachadas ventiladas son una innovación que funciona como aislante y revestimiento para la estructura; en otras palabras, se puede decir que es un muro o una segunda piel que protege al edificio frente a los elementos externos, como la lluvia, sol, viento y otros.

Resultado de imagen para fachadas flotantes edificiosPor lo general, estas fachadas están hechas de materiales como acero inoxidable y vidrio templado; debido a sus propiedades, son una excelente opción para renovar las edificaciones, principalmente por su alta resistencia, durabilidad, capacidad de aislamiento y un coste mantenimiento mínimo, pues la estructura se limpia con el agua de las lluvias.

Volviendo a las ventajas medioambientales de las fachadas flotantes, una de las más importantes que se deben considerar es su contribución al ahorro de energía. El aislamiento que estas fachadas proporcionan a la edificación ayuda a conservar una temperatura adecuada todo el año mediante la absorción del calor durante los periodos fríos, y en tiempos de bajas temperaturas logra mantener el calor en el interior por más tiempo.

Lo anterior se traduce en un significativo ahorro de energía, representado en una reducción del uso de aire acondicionado y calefacción, dos elementos que no sólo incrementan el gasto de las edificaciones sino que también contribuyen en el deterioro ambiental, por lo cual las fachadas flotantes resultan ser una opción útil y amigable con el medio ambiente.

 

Imagen relacionadaEn cuanto a la instalación, estas fachadas también tienen varias ventajas que ofrecer; primero, debido a que son elementos que se ensamblan mediante el uso de enganches, no hace falta romper o picar partes del edificio. Este sistema de sujeción evita que se produzcan agrietamientos que pongan en riesgo la solidez de la estructura. Además, las fachadas en acero, por ejemplo, funcionan para ocultar los sistemas de cableado, gas y agua sin necesidad de afectar al edificio. Por su parte, las fachadas en vidrio proporcionan una mayor luminosidad y dan un efecto de más espacio en las estructuras.

 

 

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