Haciendo frente a las actuales olas de calor, muchos están pensando cómo sortear las altas temperaturas de la casa o departamento, mientras las tiendas de retail comienzan a ofrecer un amplio abanico de productos para enfriar los espacios, como ventiladores y aires acondicionados.
A lo anterior se suma que, durante los días de más alta temperatura, la amplitud térmica es mayor en comunas donde existe más cemento y menos áreas verdes, generando verdaderas “islas de calor”, de acuerdo con un estudio publicado por el Centro de Inteligencia Territorial de la U. Adolfo Ibáñez. Al no contar con casas debidamente aisladas, se produce un impacto económico y en la calidad de vida en los residentes de esas viviendas.
“Esta realidad va a ir cambiando, producto de la evolución de la construcción en Chile y en el mundo, que está adoptando nuevos estándares de edificación que promueven principios bioclimáticos y pasivos que, desde el diseño arquitectónico y una mejor aislación, mejoran la sensación térmica sin necesidad de tener que llenar la vivienda de aparatos eléctricos”, explica Roberto Urzúa, arquitecto y director de Capacitación del Instituto Passivhaus Chile.
Según el experto en edificación eficiente, uno de los grandes avances en Chile es que la mayoría de las casas y departamentos nuevos implementado vidrios de termo panel y perfiles de PVC en las ventanas, que ayudan a aislar y mantener más fresca la vivienda. Este tipo de terminaciones ha evolucionado en segmentos más altos con la introducción de cristales de doble o triple vidrio o con tecnología LOW-E, que reducen la radiación y evitan que el calor penetre al interior de la vivienda.
“Claramente es un plus, pero no basta solo con las ventanas, hay que avanzar en aumentar la calidad y nivel de aislación que tiene la construcción, porque las paredes y el techo también pueden retener o emitir calor”, sostiene. Si bien el espesor del aislamiento térmico es una pieza clave, el arquitecto pone énfasis en la hermeticidad, ya que “cualquier discontinuidad en la aislación, ya sea por una falla o por diseño, es un espacio por donde va a entrar el calor”, explicando que uno los principales avances que propone la certificación alemana de construcción eficiente Passivhaus es que reemplaza el paradigma de poner aislación solo en algunas zonas, por una envolvente continua, que recubra toda la casa o el edificio, evitando los escapes de energía.
“La tendencia en la construcción es ir avanzado hacia la hermeticidad. Paralelamente, se complementa con sistemas de ventilación cruzada, que aseguran que el aire circule al interior de la vivienda a una temperatura confortable con un gasto eléctrico mínimo, similar al de un secador de pelo”, asegura.
De acuerdo con el director del Instituto Passivhaus Chile, hay ejemplos exitosos en el mundo como el caso extremo de Dubái, ciudad de Emiratos Árabes donde las temperaturas pueden superar los 40°C, por lo que las viviendas suelen tener el aire acondicionado prendido las 24 horas durante todo el año. Allí se construyó un edificio de oficinas de dos pisos, de más de 400 m2 que, gracias a la aplicación de los principios pasivos y tecnología eficiente, gasta un 80% menos que una vivienda convencional en Dubái. “Es decir, la máxima potencia que necesita para ser enfriada es de 4000 W, que es la de 3 secadores de pelo o dos aspiradoras grandes”, explica Urzúa.
En Santiago, donde experimentamos oscilaciones térmicas durante el año que van de los 0°C a los 30°C, actualmente se está construyendo en Ñuñoa el edificio residencial Eloísa, “proyecto liderado por Inmobiliaria Urbes en conjunto con inversionistas que están interesados en estas construcciones de bajo consumo energético, que son 100% confortable en invierno y verano sin que los residentes jamás tengan que preocuparse por prender un ventilador, instalar un aire acondicionado o encender un estufa, lo que a mediano y largo plazo es un ahorro relevante para el propietario”, finaliza el experto.
Fuente: https://www.diariodelaconstruccion.cl/